Pilar García Carín - ATTAC Castilla-La Mancha
Este fin de semana un grupo de activistas, entre ellos varios miembros de ATTAC Castilla-La Mancha, celebró el día de la tierra de una manera reivindicativa y peculiar.
El viernes nos desplazamos hacia la finca de la Carbonera en Villar de Cañas (Cuenca), una de las candidatas para alojar la gran amenaza que asedia esta comarca conquense, un cementerio de residuos nucleares. Cinco patrullas de la guardia civil nos escoltaron y acompañaron durante al menos 1 hora, desconfiando de nuestras intenciones y alarmados por la peligrosidad de este grupo de activistas compuesto por numerosos niños y gente pacífica. Acampamos bajo un cielo lleno de estrellas que ya es difícil ver en ninguna ciudad, amanecimos el sábado con una espesa niebla que nos protegía de los ojos impertinentes, y escampó a la hora justa en la que nos reunimos al menos una centena de personas para llenar de vida esta tierra. Plantamos más 300 plantas, entre encinas y pinos; los niños fueron los principales protagonistas, repoblando con más energía e ilusión que nadie, llenando de savia esta tierra que ni ellos, ni sus padres ni nadie en esta región que no tenga un interés personal quiere que se vuelva yerma por los residuos radiactivos.
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