Fernando Del Amo Gómez - ATTAC Castilla-la Mancha
En la primera parte hemos explicado que desmantelar autonomías y ayuntamientos suponen: empobrecer los servicios sociales; mantener y ampliar los privilegios de los grandes poderes históricos y dificultar experiencias de democracia municipal popular.
¿Cómo se lleva a cabo estas políticas? Se les obliga al mayor sacrificio para la reducción del “sacrosanto” déficit público y sobre todo, con la pérdida de ingresos y la incertidumbre de la llegada de los fondos.
Dos son los sistemas de financiar a las CC.AA.
• País Vasco y Navarra recaudan y legislan sus propios tributos. Después “hacen cuentas” con el Estado y aportan una cantidad, un “cupo” para pagar gastos comunes (Defensa o Asuntos Exteriores)
• El resto y los Ayuntamientos tienen dos tipos de tributos. Tributos propios que recaudan directamente y una participación de los principales tributos del Estado (IVA o IRPF entre otros).
Además el sistema se completa con una serie de Fondos: de Compensación Interterritorial, de Suficiencia, de Competencia, con los que se pretende compensar diferencias de renta entre regiones, de la dispersión, aumento o envejecimiento de la población entre otros.
Es decir, las fuentes de ingresos dependen de las decisiones políticas del Gobierno Central que es apoyada por los gobiernos regionales y locales de su propio partido, aunque supongan un recorte brutal de los fondos. Ejemplos que ponen en dificultades la financiación local y autonómica:
• Las rebajas fiscales del PP y del PSOE de la etapa de la burbuja inmobiliaria o los 400 € para estimular la demanda en la “desaceleración”
• El escaso éxito de la Agencia Tributaria en la lucha contra el fraude fiscal especialmente en los casos del IVA o el IRPF
• El no cumplimiento de los compromisos de pago de los Fondos citados o la no actualización de los cambios de la población.
Todo esto afecta tanto al nivel como a la regularidad de los ingresos lo que han llevado a las autonomías a acudir de forma indefensa a los “mercados financieros” que se han ensañado ante su debilidad imponiendo altos intereses cercanos a los de Grecia que han llevado a Cataluña, Valencia y Murcia, hasta ahora, a implorar un “rescate” (mecanismo extraordinario de liquidez) y a un recorte brutal de educación, sanidad, bienestar social o incluso al cuidado de unos bosques que arden con especial saña este verano.
En la primera parte hemos explicado que desmantelar autonomías y ayuntamientos suponen: empobrecer los servicios sociales; mantener y ampliar los privilegios de los grandes poderes históricos y dificultar experiencias de democracia municipal popular.
¿Cómo se lleva a cabo estas políticas? Se les obliga al mayor sacrificio para la reducción del “sacrosanto” déficit público y sobre todo, con la pérdida de ingresos y la incertidumbre de la llegada de los fondos.
Dos son los sistemas de financiar a las CC.AA.
• País Vasco y Navarra recaudan y legislan sus propios tributos. Después “hacen cuentas” con el Estado y aportan una cantidad, un “cupo” para pagar gastos comunes (Defensa o Asuntos Exteriores)
• El resto y los Ayuntamientos tienen dos tipos de tributos. Tributos propios que recaudan directamente y una participación de los principales tributos del Estado (IVA o IRPF entre otros).
Además el sistema se completa con una serie de Fondos: de Compensación Interterritorial, de Suficiencia, de Competencia, con los que se pretende compensar diferencias de renta entre regiones, de la dispersión, aumento o envejecimiento de la población entre otros.
Es decir, las fuentes de ingresos dependen de las decisiones políticas del Gobierno Central que es apoyada por los gobiernos regionales y locales de su propio partido, aunque supongan un recorte brutal de los fondos. Ejemplos que ponen en dificultades la financiación local y autonómica:
• Las rebajas fiscales del PP y del PSOE de la etapa de la burbuja inmobiliaria o los 400 € para estimular la demanda en la “desaceleración”
• El escaso éxito de la Agencia Tributaria en la lucha contra el fraude fiscal especialmente en los casos del IVA o el IRPF
• El no cumplimiento de los compromisos de pago de los Fondos citados o la no actualización de los cambios de la población.
Todo esto afecta tanto al nivel como a la regularidad de los ingresos lo que han llevado a las autonomías a acudir de forma indefensa a los “mercados financieros” que se han ensañado ante su debilidad imponiendo altos intereses cercanos a los de Grecia que han llevado a Cataluña, Valencia y Murcia, hasta ahora, a implorar un “rescate” (mecanismo extraordinario de liquidez) y a un recorte brutal de educación, sanidad, bienestar social o incluso al cuidado de unos bosques que arden con especial saña este verano.
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