lunes, 31 de diciembre de 2012

Criminalizar la lucha digna levantará conciencias dormidas

Pilar García Carín - ATTAC Castilla - la Mancha

    El pasado 28 de diciembre se realizaron en numerosas localidades del país incluida Cuenca, concentraciones por la libertad de Alfon Fernández, un preso político que lleva encarcelado desde la última huelga general del 14N. Y es que en esta pseudodemocracia la libertad de expresión se convierte en infracción si tu protesta, aunque pacífica, no es grata para los oídos de los dictadores que nos gobiernan, que queriendo evitar cualquier tipo de discrepancia utilizan el camino de la criminalización de la protesta ciudadana.  


    No podemos olvidar la historia reciente de este país. No podemos olvidar que hace sólo 35 años salimos de una dictadura donde se encarcelaba a la gente por pensar diferente. No podemos mirar para otro lado cuando estamos viendo que la historia se repite, y a sabiendas de que es actuando como podemos cambiarla. 


   En nuestra ciudad se criminaliza a compañeros, a ciudadanos, a personas por ejercer su derecho a la protesta, por dejar claro su rechazo al desmantelamiento de la sanidad, de la educación, de los servicios sociales. Por luchar, en definitiva, contra el deterioro planificado del sistema público de la región.
 

   En Cuenca, varias decenas de personas han sido ya sancionadas por manifestarse de manera pacífica, por decir “a la cara” a los responsables del desmantelamiento de nuestro hospital y a la presidenta de nuestra región que no queremos más privatizaciones, que queremos una sanidad, una educación y servicios sociales gratuitos y de calidad para todos, y que no queremos que nuestra región quede reducida a ser el vertedero de la basura nuclear de todo el país. Estas personas aún tienen sus procesos abiertos, y siguen alegando ante las respuestas sancionadoras de Angel Mariscal, subdelegado del gobierno en Cuenca.
 

   En esta ciudad hay también profesionales de diferentes sectores públicos que están sufriendo verdaderas persecuciones dentro de su trabajo, que incluso han sido expedientados y sancionados con suspensiones temporales de empleo y sueldo. Y todo por manifestar su opinión abiertamente, por entender que la defensa de lo público es parte de su trabajo. 

    Es sobradamente conocido que en ningún momento la protesta ciudadana ha puesto en peligro la seguridad de las personas, ni los bienes de uso público. Y, sin embargo, hay personas multadas, expedientadas, acusadas. Personas que si quieren hacer frente a su defensa por la vía judicial tienen, ahora, que pagar unas tasas abusivas. No podemos dejar que nos priven de un derecho tan básico y fundamental como es el de la libertad de expresión, por eso es necesario seguir adelante con la protesta, continuar defendiendo nuestra dignidad organizándonos contra este sistema opresor que nos gobierna





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