domingo, 17 de febrero de 2013

La estrategia Talegón

Joseandrés Guijarro - ATTAC Castilla-la Mancha

   Cuando todavía sigue coleando el fiasco del intento de utilización de la manifestación de ayer contra los desahucios por parte del PSOE y su maquinaria propagandística (www.youtube.com), en Cuenca la misma estrategia de controlar, boicotear y dirigir los movimientos sociales ha comenzado a demostrar cómo es capaz de desmantelar una plataforma y una movilización ciudadana que había conseguido aglutinar en los últimos meses a una gran mayoría de ciudadanos y convocar las movilizaciones más importantes vistas nunca en la capital conquense. Fruto de una estrategia electoral urdida y puesta en marcha desde el último verano, la convocatoria de esta mañana, de la que han conseguido excluir al 15M y a muchos de los que habían participado activamente en la construcción de la Plataforma, se ha nutrido casi exclusivamente de los vecinos de los pueblos afectados por el cierre de sus puntos de urgencias, traídos en viajes organizados por los alcaldes socialistas a cambio de un protagonismo en la jornada. Seguro que a dichos vecinos sus reivindicativos alcaldes no les han explicado cuales son las posiciones de su partido, tanto a nivel nacional como local, respecto al futuro de su asistencia sanitaria. Supongo que, como Talegón, no se sienten responsables de las atrocidades cometidas por su partido y se creen sólo responsables de protestar por las del otro.


   Mientras que Martínez Olmos, portavoz de sanidad en el Congreso sigue defendiendo junto al PP en cualquier foro el modelo de gestión privada de la sanidad pública, Ávila, alcalde de Cuenca, sigue defendiendo la construcción del hospital de Cuenca bajo un modelo de financiación privada y concesión administrativa como el ensayado con nefastas consecuencias en Madrid y Valencia. Hace exactamente un año, el 13 de febrero de 2012, Ávila se congratulaba tras su reunión con Cospedal del compromiso de ésta a construir en esta legislatura mediante financiación privada (www.vocesdecuenca.com). Desde entonces se dedica a privatizar los propios recursos públicos municipales, como el agua, asesorado por Pricewaterhoousecooper, la misma multinacional encargada de diseñar la privatización del SESCAM, hospital de Cuenca incluido (aguadecuenca.wordpress.com). Este mismo jueves, junto a Echániz, Mariscal y Marín. Ávila volvía a insistir en "el respeto a la autonomía de la Junta para buscar las fórmulas de colaboración que considere oportunas" (eldiadigital.es), sabiendo perfectamente cuales son esas fórmulas y sus consecuencias. Una de las primeras y más importantes consecuencias será el abandono y deterioro de la asistencia urgente en el ámbito rural que en ningún caso resulta rentable a la cuenta de resultados de la empresa privada que se haga cargo de la gestión sanitaria (primaria y especializada) de la provincia una vez construya con su propia inversión el nuevo hospital de Cuenca a cambio de un canon anual por ciudadano censado durante al menos 30 años. Una gestión privada que se olvida de las necesidades de los ciudadanos, los cuales pasan de ser beneficiarios de un derecho a convertirse en meras unidades de ingreso o gasto y ser clasificados en función de su rentabilidad económica para la empresa gestora.

   Unas consecuencias que ya conocen perfectamente los ciudadanos madrileños que siguen manifestándose en una perenne marea blanca y cuya trascendencia a nivel nacional pretende acaparar y aprovechar en Cuenca, con el gran cinismo y la poca vergüenza de denunciar en la calle lo que en esos mismos momentos están negociando en los despachos, en lo que viene siendo la "estrategia Talegón", por la que el alcalde socialista de Mira no se siente responsable de lo que negocie el alcalde socialista de Cuenca, ni éste se siente responsable de lo que defiendan los senadores socialistas, estos se apartan de las reformas constitucionales que votan los diputados socialistas, estos aseguran desconocer los planes y las declaraciones del portavoz socialista de sanidad en el Congreso, quien no se siente identificado con la política llevada a cabo por el gobierno socialista previo y así ad infinitum defendiendo a la vez una cosa en las instituciones y la contraria en la calle, y sintiéndose ofendidos cuando la ciudadanía les muestra su rechazo en un uno u otro lado, que para eso siempre es útil echar unas lagrimitas y llamas violentos y antidemocráticos a quienes osen criticar tanto al PSOE como al PP cuando ambos coinciden absolutamente en sus políticas frente a los servicios públicos. Ambos, eso sí, con el mismo argumento, que para ello están asesorados por la misma multinacional, de que tras las privatizaciones los servicios seguirán siendo públicos, universales y gratuitos, algo falso para el PSOE callejero, incluido el mismo Ávila que no se pierde una, cuando lo afirma Cospedal o Mato pero incuestonablemente cierto cuando lo cuenta Ávila o cualquier otro dirigente socialista.
 


   Toda una estrategia basada en que los ciudadanos somos imbéciles. Y realmente es que hemos estado muchos años demostrando que lo somos. La cuestión es si estamos dispuestos a seguir siéndolo.

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